El romero es la planta medicinal más extendida en el Mediterráneo.
Hablar de romero es hablar de tradiciones, de cultura, de olores, de magia…
Crece en las zonas litorales y en las montañas bajas de toda nuestra costa mediterránea, desde el cabo de Creus pasando por el cabo de Gata hasta llegar al estrecho de Gibraltar. No necesita mucho para vivir: un poco de tierra arenosa, un poco de agua y, cómo no, nuestro precioso sol del Mediterráneo.
A cambio, nos ofrece mucho… La historia le ha atribuido poderes mágicos y en la antigüedad se la consideraba una planta sagrada. En la edad media se tenía la costumbre de realizar toda clase de objetos con su madera para utilizarla como talismán.
También se utilizaba como planta ornamental porque decían que atraía la buena suerte. Puesto en un saquito y colgado del cuello o en el bolsillo, el romero servía para el amor y como protección. Pero está claro que esta planta con sus innumerables nombres (entre ellos, «hoja de duende») no se ha ganado su fama sin razón.
Las propiedades de esta planta son muchas: calmante, antihemorrágica, diurética, aceleradora de la digestión, fortalecedora y reafirmante de la piel, bactericida, fungicida…
El romero es uno de los ingredientes claves en el jabón HOJA DE DUENDE. En él lo encontramos macerado en aceite de neem (aceite utilizado en la medicina ayurvédica) y, en su forma más pura, en aceite esencial. Acompañando a esta maravillosa planta también encontraremos jugo de aloe vera, arcilla verde, aceite de oliva, coco…
Todos estos ingredientes harán de HOJA DE DUENDE un jabón purificante que nos ayudará a reducir el acné, a controlar y regular la grasa de nuestra piel y que actúa como antiséptico.
También podemos beneficiarnos de las propiedades aromaterapéuticas del aceite esencial de romero, que activa la concentración, estimula la actividad mental y nos ayudará con el estado de ánimo y con nuestra energía.